Archivo por meses: septiembre 2014

Accesorios

Hoy vamos a hablar de los accesorios.

Cuando tienes un bebé no eres consciente de todo lo que necesita y el espacio que conlleva.
Lo que vas a comprar para tu retoño es inversamente proporcional, en tamaño, a lo que él va a ocupar.
Después de alucinar con lo rápido que vas a llenar el espacio de la habitación con los básicos, llega el momentazo de pensar en qué accesorios son necesarios y cuáles son superficiales pero monísimos.
En nuestro caso, compramos algunos por capricho, otros por necesidad y otros porque nos entraron por los ojos.

Necesidad:

– Hamaquita. La compramos de segunda mano. Un modelo de Fisher-Price que nos encantó y a la que yo ya le tenía el ojo echado desde que supe que iba a ser madre. Estaba nueva después de haberla usado tres niños y lo único que hicimos fue lavarla y ponerle pilas. A nosotros nos salvó la vida en más de una ocasión, porque sentábamos al peque y le balanceábamos para que no diera el coñazo. Como nos quedaron los tobillos reventaos (después de machacar los lumbares), le pusimos una cuerda atada a una de las patas y listo. Nos pegamos unos grandes momentos de sofá y peli tirando del invento.

– Corralito. También llamado parquecito. Compramos de segunda mano una versión igualmente válida: una cuna portátil. Es muy útil cuando ya está un poco más crecidito. Lo metes ahí con pilas y pilas de juguetes y se puede tirar largos ratos en un espacio controlado sin que lo tengas que atar a la pata de la mesa. También sirve como contenedor para todos los peluches y bloques de madera que tendrás desparramados por toda la casa.

– Esterilizador. Éste no lo meto en los básicos aunque debería. Lo vas a usar a diario los primeros meses de vida. Los hay de microondas, de líquido y eléctricos. Nosotros compramos el de micro porque lo vimos muy práctico. Pones los bibes y los chupos en una rejilla con un poco de agua en el fondo, 5 minutos calentando y listo.
Es accesorio porque puedes hacerlo a la manera tradicional y esterilizar con agua hirviendo en una cacerola. Te va a llevar mucho más tiempo y vas a perder mucha energía.

– Termos comida. El mejor invento del ser humano para padres que no quieren vivir atados a una cocina. A nosotros nos regalaron dos: uno para el agua (lo adorarás cada vez que prepares un biberón de madrugada) y otro para la comida (que te permitirá viajar o comer fuera de casa). Los hay de todo tipo y tamaño. No seas tacaño y busca un buen modelo, que los vas a usar mucho tiempo.

– Chichonera. ¿Chichoquéeeeeeee?, fue la pregunta del padre. Es un protector de cuna, algo acolchadito, que se pone por dentro de los barrotes para que al bebé no le salgan muchos huevos cuando se ostie al dormir. Es útil porque además evita que saquen los pies y las piernas por fuera de la cuna y que te los encuentres chillando a grito pelao porque están hechos un lío con la mitad del cuerpo fuera y la otra mitad dentro. (Es evidente que esto ya nos pasó).
Madres del mundo: no intentéis que los papás recuerden esta palabra, es una batalla perdida.

Capricho:

– Papelera para pañales. Es el único capricho caro que me permití comprar nuevo y con recambios. Me explico. Es una papelera con una bolsa dentro. Metes el pañal, enrollas la bolsa y se queda lista para otro pañal. Como la bolsa es continua, los pañales se van a quedar como choricinos: cada uno en su compartimento. Esto hace que los olores no salgan de la papelera y te ahorrarás estar bajando a la basura cada media hora.
Esta papelera es cara, no porque tenga un precio demasiado elevado (cuesta unos 30 euros), sino porque hay que comprar los recambios de las bolsas y esto es lo que encarece el producto.
Nosotros la compramos en Amazon y cada tres meses, más o menos, compramos una caja de 6 recambios.
Evidentemente te va a salir mucho más cara que una papelera tradicional, pero por eso la pongo en el apartado caprichos, porque me mola un huevo y me encanta cada vez que la uso.

– Robot de cocina. Aquí tienes miles de opciones para comprar la que mejor te venga. A nosotros nos regalaron uno de segunda mano que cuece las verduras y la carne al vapor y luego lo tritura todo. Está muy bien, porque lo metes todo bien pelado y troceado y a los 15 minutos tienes la comida lista para dos veces. La trituradora deja el puré un poco espeso y como nuestro hijo es un poco tiquismiquis, se los tenemos que triturar con una batidora.
¿Se puede vivir sin él? Pues sí, perfectamente. Yo estuve dos meses cocinando las papillas sin el robot y no pasa nada. Para lo que sirve es para ahorrar tiempo y cacharros para fregar.

Compras impulsivas:

– Gimnasio de suelo. Es una mantita, un poco forrada, con una estructura de plástico de la que le cuelgan figuritas de colores. Mi hijo no lo usó mucho por dos razones: cuando era muy pequeño le daba cosa estar ahí tumbado sin algo que lo envolviera (como la hamaquita o la cuna) y cuando ya se hizo un poco más grande, prefería rodar por el suelo que estar parado en un solo punto. Así que, al final, no lo usamos mucho. Cuando sea un poco más mayor, le pondré la manta en el suelo para que no se le enfríe el culo y le daré los palos de la estructura para que nos fustigue a todos un poco con ellos, pero como gimnasio…
¿Lo bueno? Que me salió tirado de precio en una tienda de segunda mano, así que no me duele.

– Cangurito. Son unos aparatos de sadomasoquismo que usan los progenitores para llevar a su bebé cerca de ellos y de paso para romperse la espalda antes de tiempo.
Nosotros le compramos a una chica el suyo, nuevecito (porque son una tortura y lo había usado dos veces) y supersónico. Se supone que tenía tres posiciones para que fuera creciendo con el bebé y que iba a ser una maravilla de la tecnología… ¡mentira!
Lo usamos tres o cuatro veces mientras nuestro hijo no pasó de los 5 kilos de peso.
Si quieres quedarte baldado, cómprate uno.

Y hasta aquí los cacharros para bebés. Próximamente, el carricoche.

Regalos

Bienvenidos al mundo de los regalos para bebés.
¿Tienes que hacer un regalo? ¿Te tienen que hacer regalos? Pues estás jodido si piensas que va a ser meterse en la primera tienda que veas y listo.
Primero, hay que conocer el gusto de los padres. No puedes comprarle un conjunto de esos tipo globo hinchado a unos padres con tendencias heavies, no se lo van a poner a la criatura y habrás malgastado 40 euros para nada.
Segundo, hay que pensar en si ya lo tienen. Para eso, o llamas y preguntas directamente o te arriesgas a comprar algo muy básico o algo muy raro. Pregunta, que no cuesta nada.
Si es un regalo de compromiso, vete a una cadena de ropa infantil y pide ticket regalo. Es así de triste, pero es lo más útil que puedes hacer. O directamente tira de tarjeta regalo.
En nuestro caso, la gente se portó muy bien. Quizás porque nos conocen o porque se nos ven los gustos a leguas, pero recibimos regalos muy chulos y muy prácticos.
Si vais a salir ahora mismo a comprar algo para un bebé, sigue estos consejos de madre:
– Cosas útiles, por favor. Los recién nacidos no necesitan sonajeros de plata, necesitan un buen termo para el agua o una buena toalla con capucha.
– Si vas a gastarte mucha pasta, ponte en contacto con los padres y ofréceles comprarles el carricoche, la cuna o algo de la lista de básicos. (Si realmente es mucha pasta, un coche de verdad con maletero gigante nunca viene mal).
– A los padres nos gustan las cosas que se gastan y desaparecen de nuestra vista, como los pañales y los potitos. Si quieres que quede más vistoso, haz una tarta de pañales o una cesta con jabones y comida. Se quedarán eternamente agradecidos.
– Deja los juguetes que hablan para cuando tengan un año y, si no puedes resistirte, asegúrate de que tengan un botón de apagado (es muy gracioso ir por casa en silencio, con la luz apagada para no despertar a la fiera y pisar un bicho de esos que se ponen a cantar a grito pelao).
– Si quieres comprar ropa porque se te metió entre ceja y ceja, échales primero un vistazo a los padres. ¿Visten de negro y con tachuelas? ¿Sólo usan ropa de marca? ¿Llevan rastas y tiñen ellos mismos sus camisetas? Pues aplícalo también a la ropa para el bebé.
Padres y madres del mundo… ¿necesitáis algo? ¡Pues pedidlo!
Si os da cosa concretar mucho los regalos porque no sabéis cuánto quiere gastar la otra persona o porque no lo veis muy elegante (¿?) tenéis la opción de hacer listas de regalos.
Son como las listas de boda pero con regalos para el bebé.
Que yo conozca hay dos sitios donde te las hacen sin problema: el Toys R us y Amazon.
En el primero, cuando me tocó a mí, hacías una lista con lo que te apetecía y la ponían a disposición de quien quisiera. Además, te daban luego un cheque regalo con una cantidad de dinero proporcional a lo que la gente se hubiera gastado.
En el segundo, confeccionas la lista en tu Amazon y luego la haces pública. En este caso, se pueden encontrar verdaderos chollos y das la posibilidad a que la gente rebusque un poco más en la web.
Seguramente hay muchas otras webs y tiendas que también te permiten hacer listas, así que investiga qué es lo que más te gusta e infórmate. Los de las tiendas estarán encantados de explicarte cómo venderte cosas sin apenas trabajar.
Y mi último consejo es que apuntéis los regalos que os van haciendo y quién. En un futuro, quizás no tan lejano, tengáis que hacer regalos vosotros también y ese tipo de listas son una fuente inagotable de ideas.
(En el dibujo, caricatura con un correpasillos avión. ¡Qué grandes momentos nos ha dado!)

Recién nacido

El recién nacido, ese gran desconocido.

Te contarán mil películas sobre un bebé con pocas horas de vida. Algunas serán verdad y otras no. Mi consejo: sigue tu instinto.

¿Qué ocurre cuando das a luz? Tu cuerpo sufre muchos cambios. De golpe y porrazo te vacías y te dan un bebé que hace cosas y te necesita para todo. ¿Y qué ocurre cuando eres la parte contratante de la parte contratada? Que te tienes que acostumbrar sin ayuda de hormonas a querer a un bichejín que, casi siempre, es bastante feo y no para de llorar.
Mi caso fue el de madre y padre que tienen a un niño (precioso, qué voy a decir) un poco lejos de casa. Así que mis padres se cogieron unas vacaciones y el padre del cagapañales otras pocas y nos arreglamos muy bien.
Me pasé seis días en el hospital, así que entre los tres se fueron turnando para que no me muriera de aburrimiento y para cuidarme al bebé, ya que no estaba muy operativa. Y en este tiempo………..¿dónde se metieron los suegros del padre de la criatura? Pues en un bungalow en el camping. ¡Alaaaaaaaa! ¡Inhumanos! ¡Dejar a tus padres por ahí tiraos!
Pues no. La idea fue de ellos y me pareció tan cojonuda que os la recomiendo a todos los que vayáis a tener hijos inminentemente.

Cuando vuelves a tu casa, lo que más te apetece es estar con tu bebé/s y tu pareja un poco a tu bola, sin sentir una presión en el cogote de un ser superior (no olvidemos que tus padres/suegros ya han sido padres alguna vez) que te vigila cómo le cambias el pañal o le das de comer al pequeñajo. Si tienes a los ascendientes compartiendo techo contigo, esto se vuelve un poco complicado. Además, las mujeres consanguíneas o por afinidad suelen ser bastante marimandonas en esto de los bebés, así que a las tres horas estarás cagándote en la madre que te parió.
Como soy una chica afortunada, mis padres no sólo tuvieron la genial idea de dejarme espacio vital (y de paso tomarse unas vacaciones ellos un poco a su bola) (principios de octubre en Cádiz) si no que no se metieron en mi forma de criar. ¿Necesitas ayuda? Yo te la doy. ¿Necesitas consejo? Aquí me tienes. Pero con respeto.
En definitiva, si podéis estar solos, mejor.

Otra de las grandes cuestiones de los padres primerizos es: no se hacer nada y lo voy a hacer todo mal. MENTIRA.
Los padres estamos programados para que nos salga de dentro cómo cuidar a nuestras crías. Te sorprenderá la facilidad con la que cogerás la cabeza del niño o la rapidez que vas a adquirir en pocos días para hacer biberones a velocidad supersónica. Habrá otras cosas que te costarán más, pero la paciencia es la madre de toda la ciencia.

¿Qué hacer con los consejos que te va a dar todo el mundo (los quieras o no)? Pues escúchalos y utilízalos como mejor te convengan. Ya decidirás tú cuáles vas a aplicar y cuáles te parecen terroríficos.
Por ejemplo: en Cádiz se lleva mucho lo de dejar llorar al bebé en la cuna “para que se acostumbre” y todo el mundo me dijo que lo hiciera porque si no el niño va a salir insoportable. Mi reacción fue decir sí amén a todo, pero tururú, por un oído me entró y por el otro me salió.

Por último, te vas a encontrar con las terribles historias que te van a contar de la vecina del quinto que tuvo un bebé mutante y salió con tres orejas o cosas así. No te dejes, córtalo en seco. Para lo único que te va a servir es para que te pongas nerviosa y te imagines cosas que no van a pasar.

Y en cuanto a la parte de compras, lo que vas a necesitar es: pañales, ropa adecuada al clima (unos bodies, una chaquetita, un gorrito, unas manoplitas, calcetines), un saquito para el carricoche, un sacamocos y poco más. Los bebés sobreviven con muy pocas cosas. Eres tú el que se está complicando la vida con los lazos de colores y los volantes que le vas a poner a la caja de la persiana.

Así que relax. Va a salir todo bien. Te vas a apañar genial. No necesitas ayuda de tres canguros y dos cocineros para cuidar de tu retoñito. Impón tus reglas, no te dejes avasallar (ni siquiera por la matrona del hospital, que son muy pesadas) y sobre todo, ¡disfruta!