Inteligencia de los bebés

Hoy vamos a hablar de un tema escabroso: la inteligencia de los bebés.

¿Es mi hijo listo? ¿Sacará buenas notas en el colegio? ¿Llegará a ser premio Nobel?
¡Y yo qué sé! ¡No soy adivina! Muajajajajaja.

Los padres nos hacemos estas preguntas a lo largo de la vida de nuestros retoños y, en mi opinión, lo mejor que se puede hacer por ellos es enseñarles el valor del esfuerzo. Casi todo en esta vida se puede conseguir con esfuerzo: sacar buenas notas, tener un cuerpo cañón, conseguir mucha pasta, salir con Brad Pitt… (esto último creo que no…qué pena).

Cuando estás embarazada oirás que circula un rumor sobre la gestación y el desarrollo cerebral de los bebés. Se supone que cuanto más tiempo esté un bebé en el útero materno, más inteligente será. ¿Y por qué? Pues porque su cerebro tiene más tiempo para desarrollarse y para crear más conexiones neuronales. Hay “estudios” que así lo confirman, aunque la mayoría de los médicos están de acuerdo en que la inteligencia de los niños es 50% genética y 50% ambiental. Así que padres y madres del mundo, hay que ponerse a estudiar con ellos.
Por esta regla de tres, mi pequeño monstruito va a ser un Einstein, ya que el muy jodío no quería salir y tuvieron que ayudarle en la semana 42 de gestación. ¡Toma ya! (Ya os contaré dentro de unos años si tengo que adelantarle un curso o si es un niño normal como los del resto de su clase).
Lo que sí es cierto, es que mi hijo tiene una inclinación natural hacia los libros. Literalmente se los come. Así que tuvimos que poner en el estante más alto del salón todos los maravillosos cuentos de cartón que le habíamos comprado y que todo el mundo nos había regalado, ya que tuvo un par de atragantamientos mortales al querer saborearlos. Y no es que les diera un rechupeteo hasta ablandarlos, no, los bababa hasta convertirlos en una pastosidad deliciosa y pa’dentro. Pasado el primer año de vida, te planteas el devolverle los libros para ver si ahora ya los lee, pero desechas esa idea cuando ves que le dan unas arcadas asesinas y compruebas que son porque tiene pegada en el paladar una hoja de tu revista favorita. Nuestra solución, comprarle libros de esos que se pueden meter en la bañera y son de plástico.

Otro factor en el que te fijas para saber si tu niño es inteligente o no, son los avances psicomotrices. Existe un test, llamado test de Denver, donde se pueden ir observando los avances de tu hijo. Es divertido si no te obsesionas (como con los percentiles). Va mostrando mes a mes lo que se supone que tu hijo tiene que aprender.
Al principio está genial, porque tu niño hace las cosas un poquito antes de lo que pone el papel, pero ¡ay!, cuando llega el momento de las palmitas, del cucú y mamá y papá…la cagaste. Si quieres no sonrojarte cuando vayas al pediatra, trata a tu vástago como a un mono de repetición. Pásate el día haciendo lo mismo una y otra vez, hasta que el niño esté tan hasta las narices de verte que lo repita para que pares ya de una vez.
Evidentemente, el nuestro fue el caso de llegar a la consulta del pediatra para una revisión rutinaria y salir de allí con la moral por los suelos. ¿Hace ya palmitas? ¿Te saca las cosas del bolso? ¿Juega al escondite? ¿Pone un cubo sobre otro?
Ehhhhhh, ¿tengo que dejar que me revuelva el bolso y se coma todo lo que encuentre dentro? ¿Tengo que tener cubos, aros, pelotas, barrilitos, estrellas y números de colores y materiales distintos?
Pues sí, tienes que tener en tu casa un amplio repertorio de juguetes, así que sal corriendo a comprar todo aquello que creas que puede desarrollar sus capacidades cognitivas y motoras (como hicimos nosotros nada más salir de aquella consulta infernal).
[Reflexión: cada vez que voy al pediatra, me siento como si fuera a pasar un examen de oposiciones. Duermo mal, me sudan las palmas de las manos, repaso antes de entrar todos los nuevos logros del niño… es espantoso. Primero, con las dichosas palmitas y “daba la mocita en su cabecita” y luego con los puñeteros purés y los sólidos. Sólo puedo llegar a la conclusión de que tengo un niño tan rematadamente listo que se lo pasa pipa dejándonos mal delante del médico].

Así que estamos siguiendo nuestro propio programa de inteligencia y lo que hacemos es ponerle los dibujos en inglés (que sólo le pongo cuando necesito media hora de relax ya que soy anti tele en infantes), llevarle conmigo a mis clases de conversación en inglés (sólo cuando es necesario, ya que es mi hora de espacio personal y me pongo morada a birras) y ponerle mucha música variada, para que su cerebro no se acostumbre siempre a un ritmo. Y cuando llego al pediatra y me pregunta…pues le miento, como la mayoría de los padres. ¿Da tres vueltas de campana? Sí sí, claro, desde hace dos semanas (y por dentro estás pensando que ojalá no te mande demostrarlo in situ).

Conclusiones finales: si vas a programar una cesárea, intenta posponerla todo lo que puedas, por si acaso (a no ser, evidentemente, que sea por problemas médicos); ponle a Pocoyó en inglés (es divertido, igual hasta aprendes algo tú también); háblale mucho, hasta que llegues al punto de decirle que se calle porque te va a explotar la cabeza; sé creativo (mete tapones de plástico y pelotas en una caja para que los saque y los meta) (crea tus propios cubos educativos con los cartones de las galletas y un vídeo del YouTube de origami); y sobre todo, ve a tu ritmo, no te agobies.

Be water, my friend.

4 comentarios en “Inteligencia de los bebés

  1. Tristán Taberner

    ¿No nos estaremos pasando? ¿Organizar la vida, los estudios, incluso el ocio de nuestros hijos no les restará inteligencia y creatividad en el lago plazo? ¿E institucionalizarlos tan pronto (guarderias, colegios, etc…) no resta personalidad, iniciativa, emprendimiento, libertad? En definitiva, la figura materna y paterna ¿debe representar a un mentor, un guía, un ejemplo o un inquisidor que les haga repudiar al ”buen salvaje»?
    http://www.finanzas.com/xl-semanal/firmas/carmen-posadas/20141109/basta-tanto-7820.html

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    1. barbaritus Autor

      ¡Hola Tristán! Primero, darte las gracias por leerme y dejarme un comentario.
      ¿Estamos organizando demasiado la vida de nuestros hijos? Puede ser. Pero, ¿hasta qué punto crees tú que una mente inmadura puede tomar el control total de su vida y no perderse en el camino? Para mi gusto, lo mejor que se puede hacer con un hijo es guiarle y darle las herramientas necesarias para que pueda desarrollar su intelecto. ¿Se les resta creatividad? Puede, o quizás no. Si a tu hijo no le dieras material, libros o ayuda, ¿se le ocurriría por si sólo hacer esas actividades? Quizás no hay que pasarse con horarios y compromisos porque creamos que va a ser mejor para su futuro que sepa tres idiomas, tocar el piano y el violín, nadar y patinar y ser un 10 en la escuela, pero sí que hay que motivar a las nuevas generaciones en el esfuerzo y en la perseverancia.
      Y si crees que institucionalizarlos tan pronto es sinónimo de restar en vez de sumar (hay tantos niños que no se relacionan con sus congéneres que asusta un poco que luego sean seres individualistas que no saben vivir en comunidad) tienes escuelas alternativas al sistema educativo (aunque creo que sólo sirven hasta los 6 años) o la posibilidad de tenerlos contigo en tu casa (si no tienes que trabajar).
      Por todo ello, yo soy de las convencidas de la guardería. A partir del año y medio, creo que es muy conveniente que los niños salgan de su nido de protección y se enfrenten un poco a la realidad: un sistema global donde hay que competir y compartir, donde el individuo queda relegado y la adaptación al medio es fundamental para la supervivencia. Para aprender a vivir en sociedad, ¿no crees que primero hay que rodearse de esa sociedad?
      Me encantaría que me dieras tu opinión sobre este tema. Y por supuesto, todos los demás también. 😉

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  2. Rebe

    Hola! es genial todo lo que cuentas, aún no tengo hijos pero los consejos que das pueden ser muy útiles en los tiempos que corren hoy en día, seguiré tu blog todo lo que pueda y si tengo dudas espero que puedas aclarármelas, un saludo.

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    1. barbaritus Autor

      ¡Hola Rebe! Muchísimas gracias por leer mi blog. Aunque todavía no tengas hijos, igual algún día te lo planteas y te pueda servir de ayuda. O quizás te sirva para sacar unos cuantos truquitos para el día a día (como los de la entrada donde hablo de webs de ahorro muy interesantes). Y si no, puedes pasarle la página a alguien al que conozcas y veas un poco perdido, jejeje. 😉

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